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Pasas años enteros imaginándote cómo te gustaría que fuera tu boda, y luego meses planeando cada detalle, escogiendo cada flor, probando cada platillo. Al final lo importante es la vida que vas a empezar en pareja, pero después de la fiesta hay muchas novias que se dan cuenta de pequeños detalles que, si pudieran regresar en el tiempo, hubieran cambiado. Estos son algunos de ellos.
Es tan difícil cuando planeas una boda destino abstenerte de la fiesta una noche antes. Si te casas en San Miguel la callejoneada es de ley, y si te vas a una playa siempre hay un grupo de invitados que quieren salir de antro. Pero estar fresca, descansada y con ganas de bailar el día de tu boda no tiene precio. Limita tu alcohol (y si puedes el de tu futuro marido) para que puedas festejar en grande.
Cuando lleven 30 años de casados lo que te ayudará a recordar el momento son las fotos y el video, no el pastel carísimo, ni los 100 sombreros hechos a mano. Invierte en un buen fotógrafo y en alguien que grabe video, no importa qué tengas que cortar.
Aunque mueras de ganas de empezar la luna de miel date un día para recuperarte de la fiesta y el estrés. Salir de viaje un día después de la boda puede hacer que hasta gripe te dé.
El día de la boda tu celular va a sonar miles de veces para coordinar los detalles más insignificantes. Si nadie te está ayudando con la boda pídele a una amiga o tía que haya estado involucrada en la planeación que te ayude a contestar el teléfono. O, mejor aún, contrata un coordinador de eventos que se encargue de la logística ese día.
No se trata de convertirte en bridezilla, pero si llevas años pensando en el menú de tu boda no lo cambies, sin importar las opiniones de tu planner o tus amistades. No hay una regla para las bodas, puede ser exactamente como tú la quieres si te enfocas en pelear por lo que te importa (y en dejar ir los detalles que te valen).
Tal vez creas que empezar a hacer los recuerditos 8 meses antes de la boda es demasiado, pero el tiempo te come y otras cosas más importantes (y gastos más grandes) terminan por obligarte a dejar de lado las manualidades. En el peor de los casos pasarás tres noches sin dormir una semana antes de la boda haciendo moñitos. Que no te de miedo hacer todo con tiempo.
Pídele a tu mejor amiga que te diga cúando tus labios se despinten o si te empieza a brillar la cara. Si ella lleva tu maquillaje será más fácil retocarlo seguido.
Esto parece ser una queja común. A veces la banda no va con tus gustos musicales y después de la boda te das cuenta de que pudiste haber ahorrado dinero si hubieras contratado un DJ (y te la hubieras pasado mejor). Darte el tiempo de escuchar diferentes opciones y hablar de tus gustos con la persona que se encargará de la música es muy importante.
Esto se compone de dos partes, la primera es escoger una opción realista para ti. Si nunca usas tacones considera que usarlos para la boda, aunque sea sólo para la misa, te puede provocar ampollas que te harán sufrir el resto de la noche. Una vez que selecciones los zapatos, ¡úsalos! Olvídate de estrenar el día de la boda porque hasta los tennis te pueden sacar ampollas.
Nota Original: http://www.actitudfem.com/novias/bodas/tips/cosas-de-las-que-las-novias-se-arrepienten-despues-de-la-boda